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Crisis de pánico


Los ataques de pánico se caracterizan por un acceso brusco de miedo o malestar intenso. Pueden aparecer en cualquier momento, aunque no haya nada que temer.


Los síntomas más comunes de una crisis de pánico son: palpitaciones, sudoración, miedo a morir, a desmayarse, a perder el control o a volverse loco, dolor en el pecho, mareos, temblores, sensaciones de frío o calor, ahogos, náuseas, debilidad y sensación de irrealidad, entumecimiento de extremidades, sensación de hormigueo, sensación de atragantamiento.


Cada paciente tiene un perfil sintomatológico particular. No existe una causa única que

condiciona la aparición del trastorno de pánico. Lo que se sabe hoy acerca de las personas que desarrollan el trastorno es que hay un ensamble entre la predisposición biológica, las características familiares y la elaboración que realiza el sujeto de su propio sistema de creencias. 


Además hay que agregar que en la mayoría de los pacientes que nos consultan existe como antecedente un evento estresante en particular (muerte de una persona significativa, ruptura matrimonial, quebranto económico, mudanza a otra ciudad o país, aborto, etc.)


Afortunadamente, el trastorno de pánico es altamente tratable una vez que es

diagnosticado. La recuperación puede ocurrir en cuestión de meses, pero puede tomar más, dependiendo de las circunstancias individuales. Las técnicas de relajación , las técnicas conductuales y la terapia cognitiva son los tratamientos para los paciente tratados. 

Consulta Psicóloga-Sexóloga Susana Martínez

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